miércoles, 12 de octubre de 2022
martes, 27 de septiembre de 2022
Varadero
6 de agosto
A las 8:30 vinieron a buscarme al hotel. Excursión a Cayo Blanco, almuerzo y contacto con delfines.
Nos llevaron a la Marina donde subimos al catamarán. Quiero sentarme en el centro, a la sombra, un grupo grande de taiwaneses copó el lugar, veo un espacio libre en la punta y me siento. Uno de ellos intentó echarme, pero no lo consiguió, causándole disgusto. Dos trabajos para él. Todas las edades. Uno de más o menos 1 año con la cabeza rapada y un mechoncito con un lacito. Eran muchos, parejas, hijos, nietos,abuelos............ Larga travesía.
Llegamos, calor insoportable, imposible caminar bajo los rayos del sol. Almuerzo, cola de langosta con caparazón, dura, durísima por exceso de cocción y verduras. Me invitaron a compartir la mesa una familia de Chubut. Luego fuimos a la playa una hora.
Subimos al catamarán y fuimos a las piletas donde estaban los delfines. Sacaron fotos, me interesó, pero dí mal el nombre del hotel y la foto nunca llegó. Luego regreso al hotel.
Cena en el Mirador. Y a la cama
7 de agosto
Desayuno. Tomo el bus de dos pisos hacia Varadero pagué u$s 5, pasa por negocios de artesanías. El final es en una placita con un negocio, entro venden comida envasada, bebidas..... Se puede comprar solamente con CUT, con tarjeta. No entiendo. Luego me explicaron, sólo pueden comprar los locales con tarjetas de débito en las que previamente han cargado con dólares o euros.
Volví al hotel a descansar y escapar del sol y calor. a las 16:30 volví a salir en la otra dirección. Sólo una seguidilla de hoteles. No vale la pena.
Cena 20:30 restaurante Italiano. Comida gourmet. Poco y bueno. Restaurante muy bien puesto. Muy bien atendido.
8 de agosto.
Esperé a la persona de la agencia que quedó en averiguar si podía hacer la excursión a 3 ciudades. No. No hay turistas. Genial el capuchino que sirven en el hall de entrada.
Familia cubana, la señora mayor (69) me dijo que su marido tenía 48. Estaba toda la familia festejando los 15 de su nieto.
Señora cubana (70) cuyo marido (53) está con su hija de 12. Viven en la Habana. Hay muchos cubanos en el hotel, son mayoría. Me llama la atención que por lo general las señoras mayores están con maridos mucho más jóvenes.
Cena en el restaurante Mediterráneo.
9 de agosto
Encontré a la familia cubana. La señora me regaló un lindo anillo. Charlé todo.
Luego de desayunar a la playa. A las 13:30 a la habitación con aire acondicionado. Imposible estar afuera. A la tarde a la piscina. Cena en restaurante Italiano. Lo conseguí chamuyando, no me correspondía. Me acosté a las 2 de la mañana, charlando, por supuesto.
10 de agosto martes
Desayuno. Saqué fotos en la playa. Hermoso el mar. Hasta pronto.
Almorcé en el Mirador frente a la playa y desocupé la habitación.
El ómnibus que me trasladará a la Habana llegó con 1 hora de atraso. Viaje sin contratiempos y nada especial para contar de 3 horas.
Hotel Inglaterra de 1.875. Hermoso, muy bien mantenido, 2 ascensores que funcionan, detalles de muy buen gusto. Cerámicas españolas de la época. Techos y paredes interesantes.
Habitación en 3er piso con balcón frente teatro Nacional. Cama de 1,30 m. ancho, placard, cómoda, mesa de luz, piso de cerámica bien mantenido.
Decido cenar en el hotel. Bifecito de cerdo, pequeño con verduras, pocas, y una copa de mango. Por la carta con la que pedí CUP 530. Cuando me trajeron la cuenta, casi me muero. u$s 21,25. Al número lo dividieron por 24 y eso me cobraron con tarjeta en dólares. Me explicaron que el turista sólo puede pagar con tarjeta por orden del gobierno que necesita dólares. Había cambiado u$s 100 y me dieron CUP 12.000. Protesté, me quejé. Nada. Una botellita de agua 500cc. u$s 2,18. Nunca más comí ni compré agua en el hotel. Los días siguientes me encantaba tomar café en la terraza frente al hotel, avisaba que no tenía tarjeta y el empleado me decía que pusiera con discreción los CUP dentro de la carpeta. Salía 800 CUP. Mesas con cerámicas decoradas por artistas cubanos.
martes, 20 de septiembre de 2022
Cuba
El 4 de agosto de 2.022 comenzó esta nueva aventura. Cuba.
De este lugar escuché hablar a mi mamá. Era para mí un lugar pendiente. Mi abuelo materno peleó con su papá y lo castigó yendo a luchar como voluntario a la guerra de la independencia de Cuba, fines del siglo XIX. No lo conocí, murió en España cuando era muy chica. Mamá contaba que vino de allí contando que el paisaje era hermoso, vegetación muy exuberante. Una metralla le dío en la pierna dejándolo con problemas para toda su vida, rengueaba, pese a esto no dejaba una mujer sin probar. Hasta ese momento no había salido de Vigo.
Bueno, llegó el momento de hablar de mi viaje a Cuba.
4 de agosto de 2.022.
Mis hijos me dejaron en Ezeiza a las 23:30. El vuelo salió como estaba previsto a las 2:00. Fila 4 pasillo. Boing 737 Max. Como siempre muy poco espacio. . Parada en Punta Cana. Vuelo muy cansador . Llegamos 13 horas, calor insoportable, húmedo, pegajoso.
Seeed. No agua ni posibilidades de comprar. Enorme desorden. A las cansadas llega el ómnibus que en 3 horas me lleva al hotel previsto Iberostar Costa Bella. Habitación en cuarto piso con enorme ventanal a la piscina y el mar. Bellísima vista. Habitación grande con dos camas espaciosas, cómoda, lampara de pie, buenos cortinados. Hotel está muy bien, pero falta mantenimiento. Nunca funcionó el cofre de seguridad y alguna cosita más. Las personas que atienden muy bien dispuestas a solucionar todos los inconvenientes.
jueves, 15 de septiembre de 2022
Vigo
El viaje a Vigo lo hicimos Mamá, Miguel Angel y yo en el transatlántico Monte Udala, salimos de Buenos Aires el 30 de junio y llegamos a Vigo el 22 de julio de 1.951. Paseo organizado por Casa de Galicia. Barco de pasajeros y carga, quedaba muchos días en los puertos. Llegamos a Rio de Janeiro. Bajamos. Recuerdo la fiesta del cruce del Ecuador, me tiraron a la piscina sin saber nadar, vestida como estaba. Lo disfruté mucho. ¡Con lo que había mirado esa pileta sin poder entrar! Por supuesto no llevaba malla. a mi mamá no se le pasó la idea por la cabeza.
Luego llegamos a Marruecos, hicimos una excursión que propusieron por Rabat, donde un moro me quiso comprar, cambiandome por camellos. Nos seguía, no se daba por vencido. Era de verdad, las niñas se compraban. Nunca había visto gente de otra raza, con vestimentas tan extrañas con una lengua diferente. Otras costumbres. Me fascinó. No podía creer lo que veía. Olores. Sonidos. Colores. Travesía de veintipico de días en los que lo pasé muy bien. No tenía miedo. Ni por supuesto me mareaba. un día de tormenta muy fuerte, mi mamá descompuesta en el camarote con mi hermano a su lado. Empecé a caminar por cubierta que estaba barrida por el mar, en dirección a la proa hasta que un marinero me vió y me mandó a los gritos adentro. ¿¿¿Me salvó la vida??
martes, 13 de septiembre de 2022
Viajando
Vigo
Lugar que conocí en 1.951. Fuimos con mamá y Miguel Angel. Luego de la muerte repentina de papá delante mío, tenía 9 años. Cosa que me impactó para toda mi vida. Decidió llevarnos a conocer a la familia. Viviá mi abuela Matilde.
La casa tenía una vista impresionante al mar, la montaña, todo verde. Nunca había salido de la ciudad de Buenos Aires. Por la ruta pasaban carros cargados tirados por bueyes con un labriego pobremente vestido que los llevaba con una soga. Mujeres con cestos en la cabeza protegidas con una rosca hecha de tela, llevando los objetos más diversos. Me mandó a un instituto para no perder el cuarto grado que estaba cursando. Hacíamos primer grado y primero superior. cumplo en setiembre y las monjas me dejaron en primero a los cinco años. Así hice todo muy rápido. Me puse de novia a los 16 años, me casé a los 19 y mi primer hijo nació a mis 22 recién cumplidos.
Jugaba afuera con los chicos vecinos, cosa imposible en Buenos Aires donde vivía a dos cuadras de plaza de Mayo, frente al colegio Nacional Buenos Aires en un tercer piso con balcón.
Mi tía nos daba "las once", costumbre que conservo, barra de chocolate con un trozo de pan o un huevito batido con oporto. Lo que me llamaba la atención era que me decía que comiéramos adentro porque "no tenía para darles a todos" iba de un lugar donde los tachos de basura estaban repletos de comida. Lo único que no me había gustado fue comer pan negro, que según me dijo mi mamá fue para mandar la harina a España ¿?.
Encontrarme con primos y tíos. Nunca había tenido eso. Estaba mi tía Matilde que había vivido con nosotros hasta 1.946. Mis tios Pepe y Raimundo venían a buscarme para pasear. Esperaba esto ansiosamente. Una vez me vinieron a buscar, mi mamá no me dejó ir y patalee me tiré al suelo, me lastimé, tengo aún la marca en la pierna, armé un escándalo, pero no aflojó.
Pepe, el mayor estaba casado con Isabel, a la que no querían y criticaban: tenía una enorme zapatería en Pontevedra con cantidad de zapatos de todos colores y formas. Ahora pienso ¿sería tan grande como la recuerdo ?. Mi prima Margot de 20 años invitaba a sus amigas y me hacían hablar con mis modismos y cantito, como ellas decían, en el centro charlando, como ahora, me preguntaban y me sentía una estrella. Mi prima Celia, tenía como 22 años y había sido mamá. Lucha, la mayor se había ido a Venezuela, con muy buena suerte. Escuchaba todas las conversaciones, sobre todo cuando decían "hay ropa colgada". Había un primo Fernando, no me llevaba el apunte. A Pepe le gustaban mucho los paseos al aire libre, paseos en lancha, en coche al campo. Comer sobre la hierba.
Mi tio Raimundo tambien tenia tres hijas y un hijo. la mayor Alicia 5 años mayor que yo, Olga 2 años mayor y Fina 1 año menor. A la que le llevamos mi vestido de comunión. Mi mamá arrasó con todo para llevar. Me llevaban a ver funciones de teatro al aire libre, a pasear por enormes parques. No era en terreno plano, como el que conocía. Lo mejor compartir la habitación de mis primas. Si bien ellas eran serias. Yo les conté como era la concepción. Ellas no se si sabian.
Mamá, Rosina y yo nos fuimos de viaje en tren. Miguel Ángel quedó en Vigo. Llegamos a Calahorra mi tío paterno vivía en una casa de altos, abajo estaban las vacas, el olor era insoportable. Mi tía en una silla de ruedas, de madera. Mi primo Jesús, un poco mayor que yo, fue a comprar unos bollitos que tenían gusto a alcanfor, cuando nos vimos, ya adultos, él no se acordaba. Escuché que mi tió le decía a mamá que me dejara con él, que era costumbre que el hermano mayor criara a los hijos del hermano fallecido. Por suerte no nos quedamos a dormir y seguimos viaje a Barcelona.
En Barcelona nos alojamos en un hotel y fuimos a visitar a la tía de Celia y Margot. Ya había escuchado hablar de ella; había tenido una "vida ligera" y un hijo que estaba pupilo en un colegio de curas, en una salida, a los doce años, se murió en un accidente. Su departamento era muy grande y oscuro, con enormes cortinas de terciopelo, que no me dejaron tocar.
Me impresionó la Sagrada Familia, una enorme iglesia en construcción bellísima, con muchísimas grúas. Luego la fuí a visitar muchas veces y siempre me produce una sensación indescriptible. La última vez en 2.019 me dediqué a mirar la Luz, como ingresa a diferentes horas.
Ahora no me puedo explicar como mi mamá se animó a ese viaje y cómo lo organizó. No había internet. Cada vez que pienso como mi madre resolvió la vida de ella y la nuestra la admiro más. Quedó viuda a los 45 años, sin pensión por mi papá, no era posible en esa época.
Mi tía Matilde y mi mamá vinieron a la Argentina a ganar dinero para pagar la hipoteca que mi abuelo tomó sobre la casa que había heredado mi abuela. Cuando lograron su objetivo se volvieron a España. Empezaba el Movimiento que desembocó en la Guerra Civil Española. Las dos se volvieron a Buenos Aires. ¡ Gracias a Dios para mí !
Papá y mamá se conocieron en setiembre de 1.940, se casaron en diciembre. Y el 29 de setiembre de 1.941 nací yo.
Las dos mujeres compraron un hotel-pensión. Mi papá trabajaba en la estación Sola. Me llevaba algunas veces. Miguel Angel nació el 17 de mayo de 1.946. Matilde vivió con nosotros hasta que él cumplió 6 meses. Había muerto mi abuelo y mi abuela no podía quedarse sóla con tía Rosina, que era "sordomuda". No tuvo elección, debió ir a cumplir su deber. Nadie preguntó su opinión. Siempre sintió mucho haberse ido a España.
Paseando por Vigo.Tía Rosina, mamá y yo. Vigo. Mamá, Miguel Angel y yo.
De donde venimos FAMILIA
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