martes, 1 de noviembre de 2022

La Habana Cuarta parte y última de esta serie.

     Fuí a hacer la denuncia en la comisaría que me indicaron. En la puerta expliqué el motivo. Pasé a un gran espacio cubierto con una tarima en su frente y bancos de madera contra la pared. Caloooor. Me acerqué a la tarima donde estaba sentado un policía, con un uniforme raído, frente a una computadora y un poco más atrás una policía. Cuando se desocuparon dije lo que me traía y me mandaron con bastante mal modo a sentar en los bancos. Luego de unos minutos y que atendieran a una persona me acerqué y cómo le pregunté si necesitaba mi pasaporte me mandó a sentar con buen modo e inmediatamente me llamó.


     Preguntó mis datos. escribió en su computadora. Me preguntó cuando llegué al país y cuando me iba. Hotel. Encontró mi prontuario. Dijo mi nombre correcto y empezó mi declaración, de pie mi barbilla a la altura del mármol del parante. Me sentí una delincuente, explicando por que calles había caminado e insistía mucho si alguna persona me había hablado o acercado. Nombre de las calles. Trazó con un bolígrafo cualunque una raya bajo la declaración anterior y escribió lo que le decía en una hoja ya escrita en el reverso. Cuando terminé trazó otra raya. Me vino a buscar otro policía joven que charlaba con todos los que encontraba y yo mansamente esperando que terminara (los que me conocen saben lo que me debe haber costado). Después de diez minutos me llevó a un coche desvencijado con el tapizado remendado y el asiento hundido. Pensé -¿cómo me levanto de aquí con dignidad?-
     Tímidamente pregunté al policía que manejaba donde me llevaban y me dijo la Central de Policía. Lugar por el que había pasado el día anterior con la bicicleta. El edificio es hermoso.



     Una vez que llegué me hicieron pasar: ahora sí a una oficina, donde funcionaba un ventilador. Igual calor espantoso, ropa pegada por la transpiración. A una policía le conté el periplo vivido. Volvió a pregunatar si sola, si alguien se acercó, me habló.

     Escribío me preguntó el imei, le dije que lo tenía en Drive, me dío la impresión de decirle en la estratósfera.  No tienen Drive ni saben de qué se trata.  Insistía por el nombre de las calles por las que había pasado, más de una hora y no salíamos de eso. Intervino el jefe, que se quería ir a su casa evientemente, le dijo las calles  y terminó de escribir.
     Pensé ya está, me dan el comprobante y me voy.
No. Me dijeron que debía esperar al abogado que me iba a representar en el juicio y a la fiscal. Imprimió la declaración en una hoja ya escrita en el anverso; la hoja se trababa, como estaba de mi lado se la desenganchaba, sólo imprimía la parte inferior de la letra. Era una cruza de máquina de escribir con no se qué.
     No me puedo quejar estaba sentada en una silla en una oficina con un ventilador. Un calor espantoso. Pasé al baño, sin agua. Olor insoportable. Estoy en la Central de Policía, no lo puedo creer. Policías con uniformes desastrosos y celulares desastrosos.
     Llegó el abogado a las cansadas, debo confesar bastante buen mozo, canas en las sienes, no alto pero tampoco bajo. Vuelta a contar con pelos y señales recorrido, dónde lo llevaba, nombre de calles ......
Ahi terminamos. NO. Hay que esperar a la fiscal, ya cansados la fueron a buscar. Evidentemente venía de la playa. Firmé y aclaré la firma como diez veces.
     Me dijeron que habíamos terminado. Salí de la oficina a un hall con cuadros y fotos de los horrores del régimen de Batista y las maravillas del logro de la Revolución.
Pregunté como volver al hotel. Horrorizados me dijeron que me llevaban.
Esperé. Una camioneta blanca altísima, me invitaron a subir. Trataron de ayudarme, casi mefracturaron los dos brazos y la pierna derecha colgando. Pedí paciencia y me trepé sola. ¿ cómo bajo ? Despues veré, voy a estar frente al Hotel. Luego de unos minutos llegué. Más de las 18 horas.
Ahora a ver como aviso a mis hijos. No tengo ningún número de teléfono.
     Mi profe Gladys del Centro Cultural Rojas había hablado de los contactos en Drive, nos había insistido. Estaba muy nerviosa, busqué la tablet y pedí a una persona que estaba trabajando con internet en el hall que me ayudara. En unos minutos llegué a la información.
     Llamé a Ana que sabía no me iba a retar. No atendió, dejé mensaje. Llamé a Fernando no me atendió. Nuevamente a Ana que se había dado cuenta que podia ser una llamada mía. Conté lo que pasó y me volvió el alma al cuerpo. 
     Eran más de las 19 horas. Descansé un rato y a cenar a los Nardos, frente al Capitolio, subir una alta y empinada escalera en la que se angosta en la curva, donde pido ayuda. Luego debo bajarla, más difícil, como los empleados ya me conocen me ayudan sin pedir.

17 de agosto

    Último día en la Habana. Saliendo veo una persona con gorro de tour a la gorra. Luego de esperar enfrente bajo un árbol hermoso con flores amarillas salimos. Le advertí que iba a caminar sólo hasta que me dieran las fuerzas.  Pero era tan super interesante que aguanté hasta el final, una hora y media de caminata.
    Habló de cosas que habían llamado mi atención pero no me animé a preguntar. Me decían muchas personas que vivían en casa propia en la Habana. Explicación. En la Revolución quedaron muchos edificios enormes vacíos porque sus habitantes se fueron. Intrusaron esas viviendas y luego de un tiempo determinado el gobierno se las daba en propiedad. Cada familia tomaba una habitación. Hoy hay cuatro generaciones en cada una compartiendo baño. Entramos a los patios. Un enjambre de elementos de todo tipo deshechos tirados allí. Abarrotados. Sensación que a nadie le importa como vive.





     No hay ningún tipo de medicamentos, los odontólogos no tienen elementos para trabajar. De allí las dentaduras destruídas de los cubanos. No es desidia.
Educación "gratuita" . Si primaria y secundaria con sanciones a los padres que no mandan a sus hijos a la escuela. Universitaria: elegir tres carreras, el gobierno analiza los profesionales que necesita y designa al alumno. Tiene en cuenta puntajes de estudio. Una vez terminada la carrera debe hacer dos años de trabajo comunitario sin retribución.     
      Porqué nadie se anima a hablar contra el Régimen?. Son encarcelados por no se sabe cuanto tiempo o desaparecidos, de acuerdo al que esté en ese momento a cargo.
    Terminó el tour en la plaza Vieja y nos recomendó tomar mojito en la Vitrola. Busqué y encontré tomé mi mojito con la botella de cerveza volcando en el vaso. Muy original. Bar lleno de turistas, decorado con discos y aparatos relacionados con música de los 50¨. Vi hombres muy, muy mayores acompañados de mulatas bellas y jóvenes.



   

  Sólo acceden a ese lugar de la ciudad bici-taxi. Tomé una y al hotel. Adentro con el aire. Calor y sol insoportable.
      Por la tarde al mercado San José, souvenirs. No dejan ver tranquila acosan con ofrecimientos.
Un hombre jóven, no más de 30 años, bastante  gordito me empezó a seguir ofreciéndome sexo. Me sentí mal, que podía haberle hecho pensar que estaba dispuesta. Me volví blandiendo el bastón indignada. Insistía en su oferta y me pidió que lo llevara a mi país donde me iba a cuidar y proteger.
Al fin se dió por vencido. Quedé muy mal, pero en frío pensé que desesperación tendría por salir de su país y el enojo dejó paso a la pena.
     Cumplen horarios, nadie trabaja, da lo mismo hacerlo o no. Los sueldos no existen, pero tienen "beneficios", el gobierno lo sabe, pero no hace nada, deja que todo corra. Cada trabajo tiene un "rebusque" si no es imposible comer.     
       Pocos turistas extranjeros.
     Me dijeron que hay una cantidad de comida (racionamiento) que queda en "bodegas" para cada persona mensualmente a precios económicos. Pero es muy reducido así que para comprar más comida debe ir al banco y poner en una tarjeta especial dólares o euros y comprar en tiendas especiales del gobierno.
     Quise comprar rhon y café. me mandaron a tiendas especiales, sólo podía comprar con tarjeta en dólares a precio oficial. Compraré en el Aeropuerto.
      Todo es del Gobierno.
Última cena en los Nardos. Y a la cama.


18 de agosto

     Desayuno.Baño. Dejar la habitación.
A la hora prevista me vienen a buscar para ir al Aeropuerto.
Compro lo previsto.
Vuelo 1327 Aerolíneas Argentinas. Salida 14:45 fila 4 pasillo. No dormí en todo el viaje, no dormí. Si me pude levantar y caminar.
     Comida super espantosa no merece ese nombre.

19 de agosto. Viernes

     Creo que no voy a volver a Cuba. Playa mucho más hermosas en Brasil y España.
El cubano ve al turista como euros o dólares con patas. Piden continuamente y en todo momento.
Me duele que las personas no puedan vivir dignamente, aún teniendo trabajo y siendo profesionales.
Llegada a las 6 a mi casa.



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